domingo, 18 de enero de 2009

INTRODUCCIÓN

La Biblia Hebrea se divide en tres grandes secciones: La Torá, los Profetas y los Escritos. Los Profetas a su vez, se subdividen en Profetas anteriores y posteriores.

A los primeros pertenecen varios libros de carácter narrativo (Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes). Los profetas posteriores son Isaías, Jeremías, Ezequiel y los Doce profetas llamados "menores", no porque su enseñanza sea menos valiosa o importante, sino porque sus escritos no son tan extensos como los de los "grandes profetas".

La palabra profeta es una transcripción del vocablo griego profetés, compuesto del verbo femi, que significa decir o anunciar, y de la preposición pro que tiene un sentido local (delante de o en presencia de). Profeta, es entonces, aquella persona que anuncia delante de otros un mensaje de la divinidad. Además de este sentido local, el pro puede tener sentido sustitutivo: "en lugar de", "en nombre de", y así el vocablo profeta puede significar también "el que habla en lugar de (Dios)". En la Biblia griega, la palabra profetés traduce el hebreo nabi, que según algunos interpretes deriva de una raíz semítica que significa llamar. En tal caso el profeta sería el llamado (por Dios).